Huertos circulares o tibetanos

Los huertos tibetanos son redondos para que el agua y su potente energía los dinamice. El agua de la montaña, que proviene de la nieve, está cargada a tope de iones positivos. La cuestión es que corra por los laterales del huerto para que vaya depositando todos los minerales que transporta y produciendo reacciones en cadena. Se construyen zanjas para transportar el agua y dirigirla por donde queramos. Estas aguas tienen que venir de un manantial puro o un manadero natural pues son muy ricas en minerales.

Hacemos bancales elevados para que corra bien el agua abajo y no encharque la huerta. Las zanjas por donde corre el agua tienen que tener una ligera pendiente para que no se anegue el terreno y haya demasiada calazón y produzca anaerosis en las plantas. Sólo se utiliza el agua de la primavera y el invierno, a primeros de Junio se deja de regar para que las raíces trabajen por sí solas. Al haber estado la tierra mojada todo el invierno y primavera la población de lombrices se multiplica.

Todas las aguas sobrantes que han completado el circuito por nuestra huerta van a parar a un espacio verde que dejaremos sin sembrar, solo para criar lombrices. Tiene que ser el último huerto en la parte baja para que allí vayan a morir todas las aguas. Estos espacios verdes los segamos a menudo para que la hierba segada forme humus para el alimento de las lombrices. En verano por la noche, cuando refresca, subirán a las zonas donde tengamos el hortal, buscando el preciado estiércol. 

Abonos verdes

Son abonos verdes aquellos cultivos sembrados a propósito para luego incorporarlos al suelo. Es la forma más económica de fertilizar campos que no dispongan de abono animal. Ellos aumentan la actividad biológica del suelo, lo cubren y protegen, mejoran su estructura, evitan las pérdidas de nutrientes, controlan las malas hierbas, aumentan la porosidad, preservan al suelo de ser erosionado y su presencia fomenta la fijación de sustancias nutritivas.

Consuelda

La planta de la foto, la consuelda, es muy buena para abono verde, se siega en flor, se deja prehumificar en el suelo varios días y luego se semientierra con el bieldo superficialmente. Da mucha materia verde, se puede segar dos veces, no echa semillas y es perenne. Su raíz es muy profunda.

Ajenjo

El ajenjo es otra planta extraordinaria para el abono verde, sobre todo por la cantidad de verde que produce. Se siega en flor para que no eche las semillas. Es ideal para abonar árboles frutales por su poder repelente de parásitos. Son plantas muy rústicas que no necesitan ningún cuidado, son de secano y se adaptan bien en terrenos calizos y arenosos.

Lavandín

El lavandín se puede utilizar también como abono verde, si no lo aprovecháis para esencia. La lavanda dejadla que florezca bien para que la aprovechen los insectos y al final de la floración la segáis y dejáis que se prehumifique dos días para luego semienterrarla.

Amaro

El amaro o salvia esclarea es otro buen abono verde. Es ideal para los tomates: se puede dejar de cobertura y cuando recojamos las matas de tomate, la semienterramos. Van muy bien también de abono sobre los espárragos. Produce dos floraciones y es perenne.

Onagra

La onagra produce también mucha materia verde que nos servirá para esponjar el suelo. Se utiliza para sembrarla en los pies de los frutales para atraer a polinizadores y al terminar su floración se siega y se deja de cobertura.

Usos del seto de salvia esclarea

Los setos de salvia esclarea, si los colocáis delante de los pimientos, tomates o berenjenas, obtendréis un excelente abono verde, además de repelente de parásitos. Por ser planta de porte alto y vigoroso también cumple las funciones de seto intermedio corta vientos. Produce dos floraciones al año, es una planta perenne. Se siega en flor: la primera siega se da en Julio y la segunda en Septiembre. Se siega a ras del suelo y se deja dos días al sol, uno por cada cara de la planta. Luego, se semientierra con el bieldo y ayudará a retener mucha humedad y repelerá con su fuerte olor duradero a los molestos parásitos.

Sembrada de seto con los tomates sirve para protegerlos del intenso sol de Julio y con su siega se les hace una cama a los tomates para no tener que entutorarlos. Les protegen de los parásitos y les guardan la humedad con su abundante materia verde.

También podéis poner un seto de salvia delante de los pimientos y las berenjenas y en la primera floración de la salvia, que viene a ser a primeros de Julio, la segáis y la semienterráis con el bieldo a los pimientos y berenjenas después de haber dejado el abono verde dos días secándose al sol. Se deja un día secar por una cara y al otro día se le da la vuelta al abono verde y luego se semientierra. Eso se hace para que la fermentación de la salvia verde no sea muy fuerte.

Os retendrá mucho la humedad por ser una planta con mucha materia verde y os mantendrá alejados a los parásitos por su fuerte olor. Y vuelve a dar una segunda floración en Septiembre. 

La salvia esclarea como planta reclamo de polinizadores es de las mejores. A ellas acuden infinidad de abejas, avispas y bombus que son los mejores polinizadores que existen. Al estar cerca de los tomates, pimientos y berenjenas, polinizarán todas sus flores, dando lugar a increíbles cosechas.

También se siega para hacer con ella uno de los mejores aceites esenciales que existen en el mercado. En la foto siega de salvia para esencia.

Se introduce la salvia en la destiladora bien prensada para que el vapor del agua hirviendo le saque bien la esencia

Se cierra bien la olla, se enciende y se mete el tubo por donde corre el vapor en un balde con agua muy fría para que la esencia se separe del vapor.

El agua esencial cae al tubo florentino donde se decanta: por un lado, sale agua esencial y, por el otro, esencia pura de salvia esclarea, buenísima para el estrés.

Los restos de la destilación se devolverán a la tierra, cerrando el ciclo.